20 de diciembre de 2018

Renacer

He decidido cambiar la orientación del blog. Del blog y de todo lo que escribo. Afortunadamente ya he conseguido la estabilidad emocional por la que tantos años he luchado. He conseguido cambiar y destruir las partes de mí que me atormentaban. Y con la muerte de estas, renace un nuevo yo. Un nuevo yo en aprendizaje constante, ciudadano de este planeta. Cuando vine a Sevilla, encontré lo que necesitaba. Encontré personas que le han dado la vuelta a mi mundo y a la forma de verlo. Descubrir la filosofía oriental y aprender que todo lo que perseguía tiene un nombre y ahí estaba, esperando a ser descubierto. Desde que descubrí el haiku ya no puedo pensar en otra cosa cuando camino en silencio soledad por las calles de esta ciudad. Y creo que redescubrir el mundo y admirar las patitas de una paloma bebiendo agua dentro de un charco es la segunda cosa más bonita que me ha pasado en la vida. Pasamos los años buscando crecer, buscando la madurez que nos imponen, intentando ser más inteligentes que los demás, más interesantes, más brillantes. Cuando te alejas del ruido de la ciudad y te detienes en medio del universo, solo cuando te ves pequeño e insignificante ante un mundo que estás magnificando para resaltar por encima de personas que solo están momentáneamente en tu camino, entonces, y solo entonces, te das cuenta de que estás dejando pasar la vida. Todo lo que se aleja, lo que pasa cuando no eres consciente de dónde estás. Del estrés que supone tratar de resaltar entre una multitud que intenta lo mismo que tú. Y entonces miras los árboles. Los animales. El fluir del agua. Los rayos del sol. Los sabores. Los olores. Los sonidos de algo que está vivo y moviéndose a nuestro alrededor y a lo que no prestamos atención, como la paloma dentro del charco. Hay tantas cosas moviéndose dentro de mí ahora mismo que necesitaba dedicar este espacio a ello. A ordenarme. A reconducirme. Podría dejar todo este torbellino de emociones a un lado y continuar mi vida pero... no puedo. Hace poco escuché a mi profesor decir que el camino del haiku es el mundo intentando expresarse a través de nosotros.
...
Y cómo le digo que no a esta preciosidad.

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