Tengo miedo. Tengo demasiado miedo. La vida…. en lo que se
ha convertido esta sucia y asquerosa vida… me da pánico. Aterra ver esto cuando
saboreaste la perfección y la viste escapar, fundirse a negro sin importar
todas las lágrimas que derramabas. Sin apoyo, sin ayuda… de nadie… sin que
nadie lo entienda sin poder hablar, con la boca cerrada, cosida, las manos
atadas… con la única opción de caminar hacia adelante soportando todo el daño
sin tener la más mínima oportunidad de defenderte… y da igual, porque en
realidad no es lo importante, porque nunca lo ha sido, porque estamos solos en
este mundo de mierda y a nadie le importa, a nadie le importa, a nadie le
importa, a nadie… porque siempre hay algo más importante que tu dolor, y porque
nunca hay tiempo de abrazarte y decirte que todo está bien. Y te sientes
encerrado porque no hay otra opción y esto es todo y se acabó, y si se acaba de
verdad, ¿entonces qué? Y pasa el tiempo y pasan los años y esperas una solución
que nunca llega, que no existe… y ves como todo empeora… y no puedes más y
gritas y peleas y lloras suplicando un poco, solo un poco de atención… ¿y para
qué? ¿Para qué sirve? Para sentirte aún más solo. Para eso sirve. Para darte
cuenta de lo asquerosamente solo que estás. Y para darte cuenta de que, aun estando
solo, sin importarle una puta mierda a nadie, no puedes ser libre. Porque te
juzgan. Constantemente. Porque antes no eras así. Cómo coño voy a ser igual que
antes teniendo que soportar todo esto, cómo… teniendo que soportar esta
existencia que me destroza… en la que intento mantenerme estable y cuando
parece que lo consigo me vuelven a tirar al suelo… cómo… cómo si todos me
odian… si soy prescindible totalmente… si no importo… si total… estoy ahí y no
voy a irme… qué más da, ¿no? …
20 de junio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario