19 de noviembre de 2012

Desesperación

Tanto dolor acumulado durante tanto tiempo que ya no es capaz de salir al exterior. Se ha almacenado dentro de mí, esperando a que alguien venga a eliminarlo. ¿Cómo librarse de algo así sin destruírse a uno mismo? ¿Cómo librarse del rechazo y de la pena que atesora esta pequeña y débil máquina de latidos? ¿De la sensación de que nadie realmente está ahí día y noche? No... aún peor... ¿cómo exterminas el hecho de que, por mucho que te rodeen los tuyos, sigue abrumándote la soledad? Una agonía indescriptible, repitiéndose en tu corazón desde que tienes uso de razón. Agravada por horribles recuerdos de una vida destrozada, cuyos cristales nadie es capaz de recoger y recomponer. No necesito que nadie comparta esto conmigo. Solo necesito descansar para siempre de toda esta tristeza que me dificulta abrir los ojos cada amanecer. Eliminarla, y volver a la felicidad que me llenaba el espíritu y cuya existencia pareció haber terminado hace décadas, pues la veo tan lejana que ni siquiera recuerdo lo que era sonreír desde lo más profundo de la tormenta. Pesadilla o realidad. Horrible realidad que me ahoga constantemente, cada vez que pienso en ella. Olvidé cómo vivir en el preludio de un paraíso que destrocé. Abandono las alas, así como este gastado corazón, incapaz de sentir algo más. 

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